Sobre nosotros

Valle de los Ángeles es el sueño del padre Rocco hecho realidad. Con su insistencia en “dar lo mejor a los pobres, en lugar de dejarles lo que nos sobra", afirmamos su dignidad humana. Nuestro ambiente prístino refleja la belleza natural de la creación de Dios.  

En enero de 1993, abrimos nuestras puertas al primer grupo de 26 niños. Mientras que Valle de los Ángeles se estableció originalmente para educar y cuidar a los niños abandonados, la misión se amplió para incluir a todos los niños de bajos recursos y en situación de vulnerabilidad. Hoy, alojamos, alimentamos y educamos a casi 200 niños necesitados. Nuestro colegio alberga a 11 grados de estudiantes, quienes junto con sus estudios formales asisten a clases de música, informática, deporte, panadería, repostería, costura y confección, ayudante de enfermería, inglés, entre otros.

Actualmente el hogar está a cargo del sucesor del Padre Rocco, el Padre Joaquín Mejía. Además de continuar con los ideales franciscanos y el carisma, también ha transformado el hogar en una operación más eficiente y moderna, ayudando a fortalecer este hermoso sueño.

 
 

Nuestra Misión

Trabajamos con la esperanza de que las semillas plantadas por la educación sólida de los niños y la buena enseñanza moral, crezcan y florezcan, permitiéndoles contribuir a la sociedad como cristianos plenamente vivos en Cristo.

 
 
 
Nuestro fundador "Papa" Rocco, así lo llamaban cariñosamente los niños.

Nuestro fundador "Papa" Rocco, así lo llamaban cariñosamente los niños.

Nuestra historia

Durante más de 60 años, el padre franciscano Rocco Famiglietti había sido misionero en varias partes de América Central. Experimentó de primera mano los efectos devastadores que la pobreza, la enfermedad y la falta de educación tenían en la región, y especialmente en los jóvenes.

Debido a que él creía firmemente que los niños no sólo eran el futuro de la Iglesia y el país, sino su más segura esperanza, soñó en construir un hogar donde los más pobres pudieran ser protegidos, cuidados y educados, pero sobre todo, un lugar donde estarían rodeados de amor y calidez humana.

En 1987 el P. Rocco tuvo su oportunidad cuando conoció a un generoso benefactor, Rene Abularach, que estaba interesado en donar 25 acres de tierra cerca de la ciudad de Guatemala. Después de dedicar la tierra a Nuestra Señora de los Ángeles y celebrar una Misa con amigos y benefactores, la construcción de los edificios siguió y la primera piedra se colocó en diciembre de 1989. En 1992, el edificio multiusos, el monasterio, el convento de las hermanas y los dormitorios de los niños fueron terminados.